El
cuento que jamás fue contado
Una
adaptación original de Justo Navarro de la Telenovela “Demente Criminal” Basada en la vida real
En una tarde en el
canal AntenaTV, el periodista Luciano Scott se encontraba realizando
recopilaciones que por un motivo u otro fueron abandonadas; en todo aquel
desorden de carpetas con casos pocos relevantes ante la opinión pública, él se
encuentra con la investigación que llevaba su excompañera de trabajo, Jenny
Sandoval, quien fue asesinada de una forma cruel en su apartamento luego de ser
violada y amordazada.
Luciano estaba frente
al caso de David Cabrujas, un psiquiatra reconocido por su trayectoria en la
medicina, pero se había visto en los banquillos de los acusados por denuncias
de sus pacientes, los cuales afirmaban que el Doctor había abusado de ellos
sexualmente en algunas terapias. Ningunas de las pacientes presentaron pruebas
que confirmaran dichos actos lascivos. La opinión pública no olvidaba estas
acusaciones que generaban incertidumbre. Luciano, al interesarse, llama a la
gerente de información Luna Vargas, a quien le expuso sus intenciones con el
caso del psiquiatra.
_
¿Alo, Luna?
_Sí,
soy yo, Luciano, contesta Luna
_
Jefa quiero proponerle algo que me enloquece empezar, le comentó Luciano
Luna conocía muy bien a
Luciano y sabía que era un periodista que se las ingeniaba, ácido como pocos en
el canal.
_
¿Luciano, ahora qué me vas a decir? Me asusta tanta pasión con la que hablas,
dice Luna
_
Luciano contesta: Luna quiero seguir la investigación que llevaba Jenny, la del
Doctor David; dame la oportunidad de poder entrar al juego con esta noticia
Se refirió Luciano
Luna, la gerente de informaciones del canal
_
Luciano, es una investigación peligrosa y no quiero volver a tener que
enfrentarme a una demanda por el Doctor David. Mira que él es muy poderoso e
irritable; argumenta Luna con mucha persuasión.
Luciano no logró
convencer a Luna; durante muchos días é estuvo indagando sobre el caso y
observó que existían muchas cosas que no le cuadraban; su olfato periodístico
lo impulsaba averiguar con más pasión.
Al transcurrir unas
semanas, Luciano encuentra en la agenda de su amiga Jenny una carta donde
relataba que el Doctor David era un sádico que dormía a sus pacientes para
supuestamente hacerles un tratamiento
invasivo; era justamente ahí donde abusaba de ellas. Muchas llegaron a notarlo
mientras otras no, el Doctor no solo era un demente, también era inteligente y
astuto.
La carta de Jenny
relataba un miedo impresionante ante las investigaciones que realizó al
respecto. Luciano, su gran mejor amigo, al leer el testimonio lo impulsó más a
tomar el caso aun sabiendo que podía perder el puesto en el canal, además de su
vida; así como sospechaba que le había pasado a Jenny, su muerte fue muy
escandalizada y se desconocía el motivo real.
Luciano se llenó de
rabia, de sentimientos encontrados. Decidió hacer las cosas a su manera; él
tomaría el riesgo de ser paciente psiquiátrico de Doctor David Cabrujas. Tenía
que buscar las pruebas que lo incriminaran. ¿Pero, cómo haría Luciano? Él era
hombre y no sabía si generaría resultado su plan de periodista con pasiones
encontradas, peligroso para comunicar. Aunque Luciano era un chico muy
atractivo, alto, blanco, cabello castaño y cuerpo atlético. Él no sabía si a el
Doctor le interesaría, pues eran mujeres a las cuales había violado, según el
relato de Jenny ¿Sería capaz Luciano de hacer gran cosa por la información? ,
¿Colocaría su ética en tela de juicio?
Luciano, agitado, buscó
ayuda en los brazos de Fernando, un detective de la unidad de homicidios de la
policía federal. Fernando era un hombre atlético, atractivo y de piel morena,
que desde hace un tiempo estaba interesado en Luciano. Lo invitaba a salir, lo
pretendía como todo un caballero, aunque Luciano seguía dándole largas al
asunto para conocer mejor las intenciones. Cuando Luciano le comenta a Fernando
lo que pretende hacer, éste no lo acepta, argumenta que es una decisión que
colocaría su vida en peligro, ya que era posible que la muerte de Jenny hubiese
sido por el propio David al verse acorralado por ella.
Fernando no quiere
arriesgar a Luciano pero aun así no le quedaba más remedio que apoyarlo. Luciano
no iba a desistir en lo que para él ya era un hecho. Fernando le daría toda la
protección necesaria, era el chico al cual amaba y protegería a toda costa.
Luciano, a los días, decide ir al consultorio de Cabrujas; llega asumiendo un
papel de un joven bipolar y adicto a las drogas. Al ingresar a la consulta y
ver a quien probablemente era el asesino de su extrañada y amada Jenny, le
entraron ganas de gritar, llorar y correr, pero se mantuvo en el personaje
persuadiendo y seduciendo al Doctor.
David quedó extrañado
con Luciano y aceptó que fuera su paciente, él había generado algo inquietante
en el Doctor. Luciano sabía el perfil de David y tenía en cuenta que debía
seducirlo. No tenía claro qué iba a pasar, solo estaba concentrado en la pasión
insaciable de descubrirlo ante la opinión pública.
Así transcurrieron
semanas; Fernando siempre pendiente de cada paso que daba Luciano y el Doctor
David. Una tarde, Fernando se encontraba de guardia y Luciano aprovechó de ir
al consultorio a ver qué lograba. El Doctor se sorprendió al ver entrar a
Luciano desesperado, llorando abrazándolo; el periodista le pedía que lo
durmiera, que lo hiciera olvidar, ahogar sus penas en sueños. El Doctor lo
complace y Luciano sabía que David lo deseaba como hombre, había trabajado eso
durante semanas.
El Doctor le recomendó
a Luciano quitarse la ropa y todo tipo de accesorio y colocarse una bata
quirúrgica. Luciano decide hacerlo, pero solo se deja un zarcillo que antes no
tenía; este zarcillo era un grabador de audio y video, el cual se colocó con
toda premeditación, él sabía el riesgo que corría en la práctica del sueño.
David lo mira, lo observa detalladamente con una mirada morbosa, escondiendo
desfavorables intenciones para Luciano.
Apagan los celulares y
Cabrujas le introduce una sustancia para dormirlo; Luciano intentaba
concentrarse, aunque no dejaba de pensar en Fernando, en el hombre que sabía
que no estaba de acuerdo con lo que estaba haciendo, Fernando el hombre no solo
de su cama y sus noches a oscuras, sino de su vida. Sentía que lo traicionaba,
pero seguiría en su decisión. Al transcurrir unos minutos el sedante empezó
hacer efecto, Luciano empezaba a dormirse pero esto no ocurriría del todo;
horas antes él se había inyectado una dosis de Nartan, que es que revierte la anestesia,
sabía que vería todo lo que David hiciera con él.
Como era de pensar,
David, el demente criminal, empezó abusar de Luciano. Iba tocando cada rincón
de su piel fría y temblorosa, besos llenos de saliva fría y excitada, mordía un
lado y otro, en ocasiones usaba su lengua y en otras sus dedos hasta que su
nivel de excitación iba creciendo y comenzó la penetración; ya el criminal
había mordido el anzuelo; Luciano estaba grabando todo con un dispositivo que
simulaban un zarcillo.
Con su cuerpo desvalido,
sin fuerza y lleno de crimen, sucio como una vía olvidada por sus habitantes,
como una acera pisada y fría, así, humillado e irrespetado.
Fernando había
intentado comunicarse con Luciano, lo que ya se le hacía extraño, él nunca se
desaparecía así. En eso Fernando va hasta el apartamento de Luciano, al llegar
ve la puerta sin seguro y entra fácilmente; ve a Luciano desvalido, triste y
lleno de rencor, vacío frente a su computador observando algo que lo hacía
llorar.
Luciano había llegado a su casa luchando con
la poca fuerza que tenía al salir del consultorio. Fernando intenta hablar,
pero éste no le responde, estaba idiotizado frente al computador. Fernando se
acerca a ver qué miraba Luciano y ve lo que el video mostraba, cómo David
abusaba de Luciano, él no lo podía creer, solo lloraba y abrazaba a su amado,
le pedía perdón por haberlo dejado en manos de ese criminal, de ese asesino de
sueños.
Fernando, lleno de
rabia, decide salir e ir a buscar al Doctor, pero antes hace una llamada
pidiendo refuerzos, él iba cegado a matar a David, se aproximaba hasta su casa.
Por otro lado, Luciano, al quedar solo, decide tomar un arma que noches antes
Fernando había olvidado en su burut, noches en que era feliz y no lo sabía,
noches oscuras y calientes en paredes sudadas por la pasión de dos hombres.
Luciano sabía que el
psiquiatra se encontraba en su consultorio, él iba dispuesto a quitarle la
vida, así como se la arrebató a Jenny y se la oscureció a él.
Fernando, al llegar a
la vivienda del demente criminal, se percata de que no se encuentra y con sus
compañeros deciden ir hasta el consultorio; seguro estaba limpiando la escena
del crimen, pensó Fernando… Al llegar Luciano, sorprende a David con un arma de
9 mm, el psiquiatra queda acobardado por las intenciones de su paciente, de su
víctima, la seguridad con la que toma el arma y le revela todo lo que sabe
enfurecen a Cabrujas y en un forcejeo se dispara la pistola, David la tumba al
piso. En ese momento Fernando llega y escucha el disparo y corre hasta adentro
con su compañeros.
Al caer la pistola,
David le inyecta una dosis de anestesia doble a Luciano por la espalda, lo que
le produce un paro respiratorio y cae al suelo. Allí, en pena agonía, ve entrar
a Fernando y se lanza contra David y lo golpea de manera salvaje, sus
compañeros lo apartan y arrestan al psiquiatra criminal. Luciano ve a su héroe
luchando por salvarle la vida y de inmediato él pierde la
vida. Fernando se lanza hacia su amado ya sin vida, llorando por la pérdida de
su querido amigo, su apasionado periodista al que amaba. El demente criminal le
había quitado la oportunidad de vivir junto al hombre de sus sueños y noches de
oscuridades inolvidables.
Luego de unas semanas
declaran culpable a David Cabrujas por cometer más de 3000 violaciones y 2000
asesinatos. Se le inyectó la misma dosis de anestesia que utilizó con cada uno de sus pacientes. El
psiquiatra se declaraba inocente en la ejecución de su pena de muerte mientras
los familiares de las víctimas observan su agonía merecida.
Fernando recordaba por
un instante que jamás estaría con Luciano, sufría por no dejar de amarlo, él no
quería olvidarlo, eso sería una cobardía, él quería recordarlo sin que le
doliera, siempre lo iba amar. Muchas veces la pasión llega a ser dueña y señora
ante la razón; la vida no es un juego del azar donde sales cuando lo decides.
La vida es el compromiso más respetable con uno mismo.
Nunca dejes caer los
parpados pesados con juicios, la esperanza no sirve tan mansa, ni la rabia tan
sumisa, tan débil y humilde; no sirve una rabia tan sabía ni un furor tan
prudente. ¡A veces debemos dejar de buscar y empezar a dejar a que nos
encuentren!
Cuando las pasiones conducena un periosita
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