jueves, 28 de abril de 2016

La morgue llamada Venezuela

 
 El degado de la revolución 

Venezuela se ha convertido en la mujer más sangrienta del mundo, la mujer que ha tenido que vivir 17 años con la represión parasitaria rojiza, es así en lo que nos hemos convertido además de ser la ciudad más peligrosa del mundo,ahora son más en la morgue del globo terráqueo.

La función  principal del Estado es brindar seguridad a sus ciudadanos, es el garante del manejo y control legítimo de las armas, aunque los resultados actuales revelan que el gobierno aún no conoce las funciones del Estado, no saben que están prestando un servicio. ¿O es el gobierno garante de las desviaciones delictivas? Sin duda que, una vez más, la revolución cegada está sentada en los banquillos de los acusados. ¿Acaso no son ellos los que tienen el control de las armas?

Pero la solución del polo patriótico es hacer caso omiso a la realidad, pensando en los supuestos golpes de estado que han sido anunciados por el ministro de la defensa, Vladimir Padrino López, el general en jefe de los delitos, al parecer, y esperemos que no nos apliquen el vilipendio o delito de opinión por ser la voz de los sucesos. Aunque ya en 25 días han entrado 400 cadáveres en la morgue de Bello Monte. Pero eso solo es un número, desde hace un mes unos grupos delictivos declararon toque de queda en zonas como el Cementerio, el Valle y la Cota 905, para impedir la entrada de patrullas y organismos de seguridad.

¿Cómo entender que un grupo de delincuentes puede más que la seguridad del Estado? Es sorprendente el descontrol que ha generado la revolución durante estos últimos tres años.Para ser bien específicos, ya en el presente año, a la morgue de la capital venezolana ha ingresado un número significativo de cadáveres, en enero hubo 474, febrero 450 y marzo 434.

Seguro en Miraflores estarán pensando en seguir entrenando tropas para que arremetan contra los que hoy hacen colas en busca de sus alimentos básicos, donde ellos tampoco han podido ser óptimos con la producción de la economía quebrantada por sus modelos cambiarios.Mientras se preparan soldados para las amenazas de las colas, con el fin de garantizar la paz social  y los derechos ciudadanos, se deja a la impunidad gobernando las ciudades, calles y hogares, con el debido permiso del gobierno, quien hasta ahora es solo el que puede garantizarles las armas a estos grupos delictivos, si de funciones y control hablamos.

¿Cuándo será el día en que nuestras calles no sigan siendo firmadas con sangre, no solo venezolanas, sino extranjeras? Hoy, en lo que va de año, hay aproximadamente 1.358 homicidios sin contar el mes de abril. ¿La revolución del siglo XXI es acabar con sus ciudadanos y apoderar a los delincuentes cada vez más? Quizás resulte la tiranía del débil.